Nos encontramos con la enésima historia de locura y demonios hospitalarios. Aunque documentada y bien ambientada, solo nos ofrece tópicos que nos resultan familiares de otras series, novelas, de la tele o películas, quedando hasta pretenciosa en sus citas. Resulta una lectura entretenida, con algunos altibajos en su ritmo y dispersa al tratar de aunar un discurso sobre el humor y el sentido de la comedia con un concepto muy ambiguo sobre la heroicidad de una pareja de hermanos con poderes paranormales sin rastro de humor negro.
Por otro lado lo realmente atractivo de esta novela gráfica es el trabajo del ilustrador, Guillermo Sanna. Actualmente su talento está siendo reconocido por #Marvel como dibujante ocasional de #Deadpool y de la nueva serie de #Bullseye, entre otros.
Aunque su carrera partió hace años y en varios registros, desde el humor y dibujo más punk en publicaciones tan dispares como la revista #Temeo o en la desaparecida Recerca Editorial (sin contar sus raíces fanzineras) así como más formal en alguna editorial menor estadounidense de ciencia ficción.
Su trabajo para Dibbuks es excepcional. Su expresividad y dominio del blanco y negro (y rojo), la caracterización y diseño de sus personajes y narrativa visual compensan cualquier limitación, siendo en si una obra muy estimable.
Guión: El Torres. Dibujo: Guillermo Sanna, con Sebastià Cabot. Jaime Martinez, Nacho Tenorio, Sergio Mora. 112 págs. Cartoné a color, 17 x 24 cm. Editorial Dibbuks.
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