Han pasado treinta años y más o menos un mes desde que me hice con un ejemplar* de la edición presentada y diecisiete más, cuarenta y siete pues, de su publicación original.
El propio Haldeman** en sus intervenciones deja claro como el paso del tiempo ha modificado su punto de vista naturalmente respecto a esta obra. Fuera de los EEUU la pregunta sobre su experiencia en Vietnam*** es obligada aunque para él y las personas de su generación, es un hecho mucho más relativo y lejano.
Sus tiempos como soldado, quedan lejos y ha pasado mucho más tiempo desarrollando su carrera literaria y empleo en el MIT, por no decir su vida personal.
Para muchos, La Guerra Interminable es una respuesta a Tropas del Espacio de Robert Heinlein, más pensada, serena y crítica. Hay que añadir que también sarcástica y cientificamente pulida. Probablemente estemos ante una de las mejores novelas bélicas de ciencia ficción hard, en lo que se refiere a los vuelos espaciales y combate y dónde mejor se describen los efectos psicológicos de los soldados y el dominio que ejerce el poder sobre los individuos, nosotros.
Y no, no necesariamente responde a nada de la obra de Heinlein, al menos hoy en día, sin además haber perdido nada de actualidad.
Haldeman parece que viendo como el paso del tiempo ha ido evolucionando la historia por derroteros que no parecian tan evidentes quizás en su momento. Refiriendome, creo, por ejemplo del relativo fracaso o estancamiento de la carrera espacial, y la evolución de los gobiernos y fuerzas dirigentes, ha continuado y puesto al día, en cierto modo, conceptualmente su novela más reconocida por otras tantas, La Paz Interminable y La Libertad Interminable****.
Personalmente es un libro que me impactó de sobremanera de adolescente.
En mi ingenuidad me tome muy en serio todo la novela por un lado y por otro como cualquiera la disfruté merecidamente. Estamos ante una de las mejores obras de su tiempo, reconocida con los mayores premios del gremio. Cuyo recuerdo, adaptaciones por ahora solo al cómic, y reediciones son constantes. Es un clásico moderno y al releerlo todavía percibo ese estilo sencillo directo y ágil de Haldeman.
Incluso sus explicaciones más complejas sobre los vuelos, batallas y procedimientos diversos y otros tecnicismos, ficticios y no, son plenamente comprensibles por cualquiera, por no decir que el paso del tiempo coloca las cosas en su sitio... Y siendo un tipo mas bien de mediana edad que no había tocado su ejemplar en lo menos veinte años, encuentro gratamente que no ha envejecido nada, además de entender mejor ciertos pasajes como lector mas o menos adulto que ya soy.
Una experiencia que renueva mi afición por la bibliografía de uno de mis autores favoritos practicamente de siempre y que recomiendo vehementemente.
** Ver ambos vídeos que adjunto a continuación, interesantísimos. Hay un tercero que no he podido recuperar de una intervención suya en México, muy esclarecedora que ofrece un testimonio muy completo traducido al castellano, lo dejo caer por si alguien lo encuentra o recupera.
***Como todos saben, fue veterano de dicho conflicto como ingeniero, pese a sus estudios superiores no se salvó de ser enrolado. Apenas llegó a entrar en combate aunque vió acción y casi no volvió con vida a causa de herirse y casi perder una pierna por una mina. Condecorado con el obligado Corazón Púrpura fue licenciado y pudo volver a casa, recuperado, pese a ciertas secuelas físicas y sobretodo mentales.
Naturalmente por desgracia, aunque lo cual no ha sido obstaculo ni mucho menos para desarrollar una larga y fructifera vida y carrera profesional, la de alguien tremendamente lúcido, sensible y divertido.
**** Ésta la tengo pendiente.
Ficha técnica:
Colección Clásicos Nebulae.
Peso: 402 gr. Dimensiones: 210 × 130 × 19 mm. ISBN: 84-350-2215-3.
Peso: 402 gr. Dimensiones: 210 × 130 × 19 mm. ISBN: 84-350-2215-3.
Encuadernación en rústica. Fecha de Lanzamiento: enero de 1990. Páginas: 302.